Algunas de las veces hasta ya de tanto dolor que sentimos quisiéramos desconectar nuestro cerebro para estar minino diez segunditos sin pensar en ella. Los recuerdos invaden nuestra mente, estos se ven reflejados en diferentes escenas proyectadas por nuestras neuronas y la fantasía de posibles reencuentros futuros vienen cada vez más a nuestra mente en forma de claras imágenes que parecen no querernos abandonar nunca más ni por un instante.
Y en el
noventa por ciento de los casos, esos recuerdos son tan maravillosos, lo cual
lleva nuestras fantasías de futuros encuentros a inventar imágenes de posibles
re conciliaciones, llenas de abrazos, besos y nuevas promesas que nos harían
sentir mejor.
Vallan
ustedes a saber por qué putos el cerebro humano es tan estúpido, solo los malos
recuerdos se descartan y se olvidan, dejando simplemente a la luz y como
primera opción en la superficie las palabras lindas, esos bonitos momentos, los
besos, las caricias, las cogidas, las miradas que hablaban por si solas y todas
esas asquerosas promesas de amor eterno que nos hicieron.
Y de verdad
digo que es estúpido porque realmente es demasiado extraño que el mecanismo del
cerebro no nos haga tener en cuenta a los momentos de tristeza, melancolía y
dolor, todas las cagadas que nuestra ex nos hizo y que tanto nos dolieron, ¡Que
extraño puta madre!
Tal vez
esto sea un mecanismo de defensa contra el sufrimiento, donde nuestro
subconsciente tapa las cosas que alguna vez o que aún nos hacen daño, pero el
puto subconsciente nunca se da cuenta que tapando esas acciones de dolor nos
hace más daño aun, nos duele el doble de lo que ya nos dolía porque nos impide
recordar las cosas que en su momento y que ahora nos aceleraran y nos ayudaran
nuestra más fácil y pronta recuperación, y por ende superar a la hija de puta
que nos dejó.
Y no digo
que esté mal recordar las cosas buenas, pero de verdad sería injusto no
recordar también las cosas malas para estar metidos dentro de la realidad en la
que estamos y así salir más fácilmente de ese enredo mental en el que estamos y
que tanto nos jode la vida.
Entonces si
el tiempo las engrandece y el subconsciente las tapa, pues saquémoslas a volar,
saquémoslas a flote para que se vallan, escribamos una “Lista Negra” y démosle
una leída cada vez que tengamos momentos de debilidad, cuando llegue la
melancolía y que sintamos que nos están ganando la batalla.
Hagamos y
tengamos memoria.
- En esa lista estará aquella vez que nos trató mal.
- Esa vez que nos dejó por irse de borracha.
- La vez que teníamos una cita y prefirió irse con otro pelotudo.
- Las veces que prefirió a sus amigos antes que a ti.
- La vez que nos cago con aquel cabrón que te caía mal y sabias que se la quería coger.
- Las palabras que tanto nos dolieron.
- Esas veces que volvía agrandada y mamona después de salir de viaje.
- Las fotos con aquel hijo de puta dentro de su Face.
- Esa confusión que tuvo hace ya un tiempo la cual tenía nombre y apellido
- Lo bien que la está pasando en estos momentos mientras tu estas mal.
- Aquella vez que te humillo delante de su mamá.
- Las veces que tanto te amenazó y chantajeo con decirle a su padre.
- La vez que te gritó.
- La vez que te insultó.
- Esas putas frases que tanto te jodieron.
- Aquellas veces que borracha te puso el cuerno.
- La vez que se vistió como una puta para salir de fiesta y tú no ibas.
- Esa vez que te negó delante de sus amigos.
- Cuando te hizo menos.
- Esa vez que te hizo pagar una grande cuenta en una comida y le valió verga.
En fin,
cada uno de ustedes tendrá su propia lista negra y sabrán que cosas anexar a
ella.
En algunos
casos no va a ser fácil hacerla, serán momentos de mierda donde tal vez se te
va a partir el corazón al momento de acordarte de todas esas putadas que ella
te hizo, tal vez será difícil que esos momentos tan desagradables vengan a tu
mente para poderlos plasmar en un papel, pero no te desesperes que poco a poco
van a ir llegando, tal vez en el trabajo, mientras caminas hacia la escuela,
cuando estés con tus amigos y cuando llegue una, van a llegar dos, tres y así
sucesivamente hasta que atasques la hoja y esta se llene de cosas que te
dolieron.
Cuando
recordemos anotémoslo, no lo dejemos escapar.
Recordar
tanto lo bueno como lo malo, es lo justo, lo sano, lo que corresponde y lo que
merece.
A chingar
su madre, ¿no que era tan divina? Verdad que ahora ya se nivela la balanza, ya
no son solo cosas buenas si no también cosas de mierda. ¿Ya no duele tanto, no
es así?
VAMOS NENEEE!!!
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