sábado, 12 de septiembre de 2015

¿POR QUÉ NADA ES COMO AL PRINCIPIO?


Nicolás estaba que se cagaba de felicidad, esa semana había recibido su certificado en el cual acreditaba que había aprendido a conducir, ¡No lo podía creer!

Días después, miraba por la ventana de su oficina y lo veía estacionado frente a la puerta ¡No mames, es mío! Exclamaba con gran emoción.

En sus manos, tenía las llaves del coche de sus sueños, un auto el cual siempre añoró pero por diferentes circunstancias de la vida, él siempre pensó que jamás lo iba a tener, pero esta vez, esas llaves ya estaban en la bolsa de su pantalón.

La oportunidad había sido inmejorable, casi perfecta podríamos decirlo, de esas que normalmente se les llaman “gangas” por la perfecta oportunidad.

¡Weeeeey fue una ganga! Me expresaba Nico mientras charlábamos en la oficina.

Resulta, que el amigo del amigo de un primo tenía una vecina que tenía un cuñado que necesitaba vender un auto a la de ya, urgentemente. Esto gracias a que había conseguido un mejor empleo en el Distrito Federal y tenía que mudarse hacia allá en menos de una semana, por lo tanto, ofrecía dicho auto a mitad de lo que a él le había costado.

Entonces Nicolás era un hombre que se decía “listo” para eso de los negocios, por lo que para nada dejo de aprovechar la oportunidad que le cayó del cielo.

¡Está bien chingón mi carro y lo mejor fue el precio! No paraba de decírmelo.

Al parecer el pinche carro y mi amigo estaban hechos el uno para el otro, no paraba de mamar y presumir los atributos que tenía ese Honda, por lo que de inmediato programó un viaje por carretera. A Nico le valían tres toneladas de verga, las ciudades, la compañía y mucho menos el hecho de descansar, lo que le importaba era calar esas cuatro ruedas en el asfalto de la carretera.

Y así fue, llegó el lunes siguiente a la oficina y de nueva cuenta seguía de mamador: “¡Wooooow! ¡No mames! ¡Pinche auto es lo máximo! ¡Amo mi carro!” Sumándole que estaba en boca de todos dentro de la oficina y era la envidia de quien lo veía pasar.

Dos semanas después de regresar de viaje, me comentó que se le había dañado el embrague (clutch) “Se me madreó el ‘Clucth’, bueno no creo que sea nada grave”, pensó.
Al mes siguiente el defecto empeoró aún más, por lo que Nico ahora se decidió por llevarle el auto al mecánico de su confianza.

-“Wey, tenemos que meterle un embrague nuevo, aparte te chingaste la primer velocidad en la caja, esto está totalmente jodido” Palabras de un mecánico que se lo decía con un gesto en el que era obvio que disfrutaba darle la noticia a Nico.

-“¡Vale madre! Voy a gastar un dineral en esto, pero bueno es el auto de mis sueños, habrá que remediar el problema”, pensó Nico.

Al mes siguiente, iba hacia el trabajo por la mañana y se quedó sin frenos, ¡Gracias a dios no pasó nada grave!
Ese día venía a baja velocidad por lo que solo se impactó sobre un poste el cual solo le daño el parachoques.

Los frenos estaban totalmente madreados. “¿¡Otra vez al pinche taller Nico?!”, le dije mientras daba mantenimiento a la base de datos de la oficina, a lo que él respondió: ¡¿Quéeeeeee?, cada quién!

Y la peor noticia no se la daba yo, si no el cabrón del “Mofles”.

-“Carnal, este carro tuvo un dueño muy “trocho”, está totalmente madreado; aparte ve, tiene la carrocería toda doblada, no se ve a simple vista pero el que sabe sabe y si no reparas esto, a la larga se pondrá peor”.

-“Bueno no importa, sigue siendo el auto de mis sueños y vale la pena mantenerlo de pie”, respondió Nicolás.

Al mes siguiente todo se fue a la reverenda verga, el motor se desvieló.

-“Carnalito, este auto está muy bonito por fuera pero jamás te diste cuenta que venía todo jodido en el motor, ¿Por qué no me dijiste de irlo a ver antes de comprarlo?” Le dijo el “Mofles” mientras movía la cabeza como diciendo “Esto ya valió madres”.

Sin duda el daño era extremadamente grave, al parecer por el diagnóstico que le había dado “El Mofles” a Nicolás, todo indicaba que la solución era comprar un motor nuevo, el cual era muy costoso.

“ ¡Me carga la verga! ¡No puede ser, este wey no sabe nada de carros! No puede ser posible que el motor esté muerto, no puede ser que esto no tenga una solución, no puedo creer que mi auto ya no encienda después de la explosión que hubo en el motor; ¡No puede ser! ¡Era el carro de mis sueños! Quiero que todo sea como antes, como al principio cuando me fui de viaje en él recién lo compré”.

Entonces después de presenciar esta novela de amor de mi amigo de la oficina hacía su coche, rápidamente se me vino a la mente que no son muchas las personas a las que les pasa esto con su carro, pero sí son un chingo de personas a las que esto les pasa con su pareja diariamente.

“¡No puedo creer que haya querido andar conmigo! Es la mujer de mis sueños, es el amor de mi vida, ¡Ella es todo lo que siempre quise tener! ¡Es perfecta, buena, divertida, coge tan rico! ¡Gracias dios por darme tanto!”

Entonces:

  •          A la semana la primer pelea, pero bueno eso es normal en una relación.
  •         Al siguiente día, te la hace de pedo en Facebook, pero bueno eso es normal en las mujeres.
  •          Al mes la primer escena de celos, pero bueno eso es normal al primer mes.
  •        A la siguiente semana, otra escena de celos pero ahora incluye gritos e insultos, pero bueno.
  •         A la semana siguiente, te cancela por irse a emborrachar con sus amigos, pero bueno.
  •     A la semana siguiente, te marca borracha mientras duermes y te arma un escándalo, pero bueno.
  •       Al mes siguiente un ataque de nervios por una puta discusión que ni siquiera recuerdas por qué empezó, pero bueno.
  •      Al mes siguiente, te vuelve a ignorar, esta vez sale con un desconocido y se pone mamona, pero bueno.
  •    Al mes siguiente ya no tiene ganas de coger contigo, pero bueno tú la comprendes.
  •         Ahora ya anda más peleonera de lo normal, pero bueno puede que sea normal.
  •      Después le encuentras unas conversaciones raras con el ex novio en WhatsApp, y bueno.
  •          Se le nota rara, fría y distante, pero bueno.
  •          Otra puta discusión que termina en insultos, pero bueno ya es normal.
  •         Una estúpida discusión por que te fuiste con tus amigos a jugar futbol, esta vez incluyen agresiones físicas de su parte, pero bueno.
  •        Ya cada vez te ve menos, incluso ya no te pela durante los fines de semana, pero bueno.
  •       Un compañero del trabajo le manda mensajes justamente todos los fines de semana, bueno.
  •         Ahora se confunde, dice que necesita un tiempo, no sabe por qué y dice que ya no sabe si te ama como tantas veces de lo aseguró…. ¿Peroooooo…?


Y ahí está el enamorado, como Nicolás con su súper auto queriendo simplemente “Que todo sea como al principio” porque en esta puta vida si hay algo con lo que nos podemos quedar es sin nuestra mujer ideal, la que soñaste toda la vida, esa que te dio la mejor cogida de tu vida, la media naranja, esa mujer perfecta que dios te regaló y que puso milagrosamente en el camino.

No todo es miel sobre hojuelas nene, dímelo a mí, que con el tiempo he aprendido que en el camino del amor hay que ir despacio, sin precipitarnos y sin “encandilarnos” con las luces altas del “HONDA” de tus sueños. Aprende que el amor no es un sentimiento, sino un proceso en el que hay que ser precavidos, cautelosos e inteligentes, en el cual debes de estar indispuesto a no aceptar a cualquier pendeja.

Amigo lector, tú que me lees vales mucho (Excepto mis ex novias o fracasos de la vida) por ende debes aprender que “Nada volverá a ser como al principio o como antes” y por favor, no te dejes engañar por una carrocería hermosa que lleva por dentro un motor hecho mierda, el cual tarde o temprano perder tu tiempo queriéndolo reparar como el Honda de Nicolás.


¡Saludos, nos leemos la próxima! ¡Áaaaaaaaanimoo!


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