martes, 5 de agosto de 2014

CONSEJOS QUE DAN LAS MUJERES



Daniel y María se habían conocido en un bar una tarde de verano. Los dos concurrían  mucho a ese lugar los días viernes o sábados con amigos y familiares, la mayoría amaba ir a ese bar por que el ambiente les parecía de lo más genial y se podía convivir con mucha tranquilidad.

 Los tortolitos con el paso del tiempo se hicieron novios, se enamoraron y se juraron amor eterno.

¡Qué lindos! Todo marchaba perfecto hasta que.

Un día de la nada, a María le entró una crisis de “confusión” por lo que le pide a Daniel que por favor se den “un tiempo”, que no tenía las cosas bien claras y que quería saber si lo que sentía por él era verdadero. ¡Verdadero mis huevos!

Daniel algo impactado por la noticia le respondió a María: ¡Nada de tiempo, si no me quieres aquí la dejamos y terminamos!

 Hasta ahí el tipo actuó como hombre de primera y con un diez de calificación, pero después de decir eso, el mono quedó más frío que un cadáver en la morgue. Ha pero no todo quedó ahí, la nena se hizo la sentida y ofendida con la palabra “terminamos”, ya que ella lo que quería era “tiempo” y no terminar del todo, queriéndose asegurar de su libertad en acción, ya sabemos que ellas actúan como si no tuvieran pareja sabiendo que cuando ellas quieren volver nosotros estaremos ahí.

Además seamos realistas, ese tiempo que ellas nos piden puede variar mucho, como puede ser un día, como un mes y hasta una vida. Entonces después de eso Daniel y María no se vieron ni dirigieron la palabra en dos semanas.

Al viernes siguiente, Daniel no fue al bar de costumbre por consejo de su hermano, quién si fue acompañado de su novia Esmeralda. Esa noche María estaba sentada sola en un rincón del lugar donde se le veía muy triste y pensativa, fue entonces cuando Esmeralda (la novia del hermano de Daniel) se le acercó para platicar un poco y preguntarle qué era lo que le pasaba.

María rompió en llanto: “Lo quiero, lo extraño y lo necesito” que fueron algunas de las muchas cosas que ella le dijo entre llanto y quejidos. María tres días después se iba de viaje dos semanas, se iba desolada y destruida.

Al día siguiente Esmeralda no se iba a quedar con la información, le contó todo a Daniel y además de eso, agregó que como consejo la llamara “urgentemente” para que hablaran y se arreglaran porque ella se iba de viaje.

En cambio su hermano le dijo: “si ella está así, es porque ella misma se lo buscó, tú en ningún momento le propusiste cortar, si se va de viaje déjala que se valla llorando y destruida, a ti en nada te beneficia porque en dos semanas no la vas a ver, ¿O acaso tú estuviste muy bien estos días? ¿Vas a hacer que se valla de viaje con la tranquilidad de que te tiene de nuevo? ¿Para qué regresando se confunda de nuevo? Mejor déjala que se valla llorando y la llamas cuando regrese.”

Por supuesto Esmeralda como toda mujer, saltó negándose y diciendo: “No seas cabrón, pobrecita María está hecha mierda, tienes que llamarla sí o sí Daniel”. Me da algo de pena decirlo pero Daniel le hizo más caso al consejo de Esmeralda y al de su corazón que al de su hermano y al de su mente y sí, la llamó. ¡A la mierda todo!

-Riiiiiing, riiiiiing.
-Ella: Hola (Con voz de ahora qué chingados quieres).
-Él: Hola María, soy Daniel.
-Ella: Ah, qué onda (¡Verga!, no se le notó mucha emoción).
-Él: Éste, me gustaría que habláramos un rato ¿Vamos a tomar un café?
-Ella: La verdad es que no puedo.
-Él: ¿Y mañana?
-Ella: Tampoco.
-Él: Bueno pues, ¿Cuando?
-Ella: Esteeeem.. Podría ser el… ammm viernes.

Y ahí fue cuando la cita quedó en viernes, pero algo no pintaba bien, la actitud de ella no demostraba ser lo que Esmeralda había descrito ¡Ah cabrón, ¿no que estaba muy triste?!

Y ya se encontraron.

En una plática tensa y sin mucha fluidéz, Daniel toma la iniciativa y le propone a María que regresen, pero ella muy alzadita y engreída le dice que no, que en todo caso si existiera la posibilidad de que regresaran, sería pero hasta que ella llegara de su viaje. Nada de rastros de lágrimas, ni los “lo extraño” ni los “lo necesito” como se lo habían pintado a Daniel.

Para todo esto la nena se iba de viaje sabiendo que el imbécil de su ex estaría esperándola, pero en el viaje conoce a otro tipo y se “confunde” aún más todavía, motivo por el cual a su regreso, cuando Daniel la busca para que hablen, ella lo manda a san puto más fuerte que la primera vez diciéndolo que está de novia con alguien más. ¡Adios todo!

Conclusión, nunca acates consejos de mujeres, ellas ven las cosas desde otra perspectiva, puede que alguna mínima vez acierten en algo, pero este sería un hecho fortuito. Es fácil de analizar y sencillo, ellas no pueden dar consejos sobre cosas que no saben, ellas excluyendo a las chicas lesbianas, nunca se han ligado a una mujer, nunca una las bateó, nunca una mujer las dejó, ni nunca tuvieron que esforzarse para recuperar a una como un imbécil.

Ellas que opinen de hombres porque de mujeres no saben ni vergas.


Es más, fíjate cuando ven a una mujer que está buena y te dicen: “Está súper chapara y orejona”. A ti obviamente te dan ganas de decirle: “Y a mí que chingados me importa si está chaparra” si tú la partirías como a un queso.

Es indudable que ellas no saben de mujeres, por eso no deben de opinar ni dar consejos sobre mujeres, tomar consejos de mujeres es como hacer todo al revés, tomar consejos de mujeres en el ámbito del amor, es tener un pase asegurado al fracaso y al sufrimiento. 

Ten en claro lo que quieres, ponle huevos y no te dejes pendejear por ninguna mujer y toma las cosas de quien vienen.



Abrazo a todos.

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