viernes, 24 de mayo de 2013

SOMOS DESAFORTUNADOS EN EL AMOR.



“Ningún noviazgo termina bien, porque en ese caso jamás terminaría”



Tenía un amigo y digo tenia porque desde hace un montón de tiempo decidió alejarse por no sé qué motivos que bla bla bla bla bla, así que bueno, a nadie le interesa eso, continuemos…

Así que, la moraleja de todo esto es:

Mariano estaba que se lo llevaba San Puto, se quería morir de verdad, su novia Sonia lo había dejado por otro tipo y Mariano no tenía consuelo alguno, en esos momentos de tristeza donde la mente deja de funcionar y lo que hacemos es lo que nos dicta el corazón él se comenzaba a engañar a si mismo diciéndome que lo único que quería era hablar con ella, para que la muy puta le diera una muy buena explicación de “¿Porque?” lo había dejado por otro.

Hasta donde nosotros sus amigos sabíamos, el llevaba el noviazgo perfecto y el mismo aseguraba haber sido el novio perfecto que todas desearían y por eso mismo quería saber que era lo que a Sonia le había hecho tomar la decisión de dejarlo y en que había fallado Mariano. 

Era muy difícil tratar de convencerlo de que lo que él quería no era una simple explicación de los motivos por los cuales la llevaron a tomar esa decisión, lo que él quería obviamente era estar cerca de ella, no perder contacto alguno, al pedir dicha explicación de las cosas poder tratar de convencerla de que no lo dejara y finalmente pues volver con ella.

La mina no lo quería ver ni en pintura, era de ese tipo de mujeres que se crecen cuando se ponen de novias con otro y al ex novio le agarran asco, fobia y le desean lo peor del mundo con tal de que no se les vuelva acercar, por lo que a Mariano esa situación lo hacía sentirse como un pendejo total, no se imaginaba la más mínima posibilidad de poder olvidarla, el realmente estaba convencido de que el sufrimiento que le causaba la situación era eterno y que jamás podría superarlo con nada ni nadie si el no convencía a Sonia de que regresara con él.

Después de un tiempo de no convencerla y sumándole que Sonia no quería saber nada de él porque estaba re bien con su nuevo galancito, el decidió darse la oportunidad de comenzar a hacer su vida como Sonia ya lo había hecho y en el intento salió con dos o tres minitas que no le interesaban mucho que digamos. 

Una salida a algún café, algún helado, una cuenta grande que tuvo que pagar en el cine, alguna cena, un par de fajes, algunos besos y les daba salida. Pero con el paso del tiempo estas experiencias solían ir empeorando las cosas porque el reafirmaba la estúpida creencia de que Sonia era la única en su vida y que era irreemplazable por lo que jamás iba a poder superar su alejamiento y mucho menos soportaba que ella ya estuviera feliz de la vida con el otro tipo.

Después de un tiempo de quedarse tranquilo y de no buscar a nadie, como ya todos sabemos “espontáneamente” llego Adriana a su vida, con ella comenzó a salir para después formalizar una relación tranquila, sin mucho entusiasmo pero con el correr de los meses y sin darse cuenta, ¡Bingooooooooooooooo!, dejo de sufrir por Sonia. 


Por fin había encontrado la solución al grande problema en que se había involucrado.

Después de que llevaron el noviazgo de buena manera, con algunos problemas pero nada que los des estabilizará, con aproximadamente un año y medio de noviazgo, la dulce Adriana se volvió medio mamona, medio peleadora, medio alzada y creída, medio caga bolas, ya no lo llamaba con la frecuencia con la que lo hacía antes y ya no le tiraba un “TE QUIERO” ni a putazos. 


Como respuesta a la presión que Mariano le comenzó a meter, pidiéndole explicaciones, encimándosele más de lo normal para que ella volviera a ser como antes y llenándola de detalles y hacer mamada y media para tratar de revertir la situación, Adriana decide terminar con Mariano.

¡Otra vez a la mierda todoooooooo, de nuevo el mundo se le derrumbaba!

Pero esta vez era aún peor, porque al dolor que sentía por no tener a su novia a su lado ahora se le sumaba otro pensamiento: “Soy un hombre desafortunado en el amor.  Todas las mujeres que de verdad me importan me dejan, por lo que estoy condenado al fracaso toda mi vida”.

Con el paso del tiempo y con los madrazos que pone la vida en el camino, sumándole dolores insostenibles a causa de las malas experiencias causadas por las minas he aprendido que “EL NOVIAZGO ES UNA EMPRESA CON MUY POCAS PROBABILIDADES DE ÉXITO”. En este caso, las opciones de finalización de un noviazgo o relación son simplemente tres: “Las dejamos, nos dejan o nos casamos con ellas”.

En muchos de los casos siempre vamos a tener la desdicha de escuchar luego de cortar un noviazgo por parte de algún amigo, amiga o conocido la tan pendeja frase de: “Fue un acuerdo mutuo, los dos estuvimos de acuerdo”. Nunca es mutuo y digo nunca porque ninguna pareja se pone a pensar o en sus posibilidades esta decir “uno, dos, tres ¡Cortamoooos!”. 

Siempre hay alguno de los dos que toma la decisión y otro que la acata porque a menos de que se ponga a perder la dignidad rogándole no le queda de otra más que aceptar la decisión, y para acabarla de putear terminan engañándose más profundamente diciendo: “¡Terminamos Bien!”. Carajoooooo, en la vida ninguna pareja termina bien, de donde demonios sacan esa idiota idea de “Terminamos Bien”, porque en ese caso no terminaría, así de fácil señores.

Puede ser posible que nos pongamos de novios con alguna chica que después de un tiempo no nos convence del todo, de la cual no estamos enamorados totalmente y a la que por ende terminamos abandonando porque no nos llena la pelotas, Ok, no vamos a detenernos en este caso porque la verdad que no nos interesa mucho. 

Acá el problema viene cuando realmente nos enganchamos de verdad con una mina de la cual si nos enamoramos como pendejos y a la que consideramos como un tesoro “irreemplazable” e “indispensable” en la vida de la cual depende nuestra felicidad, ahí si estamos jodidos todos. 

Luego de un tiempo de noviazgo y de que estemos tan apendejados con la muchachita en cuestión de tiempo solo puede haber dos posibilidades que nos sucedan: que nos deje o que nos casemos con ella, dado que por motivos obvios la posibilidad de dejarla nosotros mismos está totalmente anulada.





Podemos decir entonces que ese noviazgo será exitoso solo cuando desemboque en el matrimonio, pero algunos más modernos podrán decir que también el noviazgo podrá terminar en una linda convivencia, pero este último caso que les comento, por más que a las mujeres les guste que las llamen “MI MUJER”, siguen siendo solo “novias”. 

Novias con las cueles convivimos, pero simplemente novias al fin, pero ese noviazgo con convivencia también tiene un porcentaje de probabilidad de que llegue a terminar en una ruptura.

Lamentablemente los hombres cometemos el error de pensar que tenemos mala suerte, que somos unos desdichados, unos desafortunados, que cada vez que nos enamoramos nos terminan dejando, que estamos destinados a sufrir y estar mal por amor. Sucede algo muy curioso, y es que cuando nos enamoramos de verdad y nos entregamos totalmente a una mujer las posibilidades de que nos dejen son más grandes, todos los hombres en la vida tenemos “muchas novias” para llegar a “un matrimonio”, por lo que las posibilidades de que nos dejen y terminemos sufriendo por esa chica, claro que son realmente altas.



“La primera vez que sufrimos un fuerte desengaño amoroso tenemos que saber tres cosas: que lo vamos a superar, que nos va a volver a pasar y que vamos a volver a superarlo.”




JUAAAAAAAA! VAMOOOOOOOOOOOOOOOOOO NENEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!

1 comentarios:

sphg dijo...

Y cuando usteds nos mienten engañan y jamas rompen solo se alejan y silencioooooo.

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