domingo, 13 de abril de 2014

¿TODOS LOS HOMBRES SOMOS UNOS PATANES?


Entre las redes sociales me ha tocado leer muchos comentarios de señoritas afirmando que "Todos los hombre somos iguales" o peor aun que “Todos los hombres somos unos patanes con las mujeres”.

Ahora yo me digo a mí mismo, alguien que nunca en su vida ha sido patán en ningún aspecto, entonces ¿Puede der un patán con las mujeres? Primero que nada no podemos opinar acerca de un patán sin ni siquiera conocer al individuo y segunda no hay nada más que decir, ser un patán es algo con lo que se crece, algo que se aprende  y sobre todo algo que se lleva por dentro. Dicho sea de paso es algo que “Jamás en la vida va ser algo bueno”, ni con las mujeres ni con nada.

¿Vamos entendiendo el punto? O ¿Desde cuándo ser un patán es considerado como deporte?

Recuerden que el bien siempre y por cualquier motivo a la larga va ser el triunfador, de la misma manera que la luz de gana la batalla a la oscuridad. Puede ser estúpido el ejemplo, pero imaginemos que estamos en un cuarto muy oscuro donde no se ve absolutamente nada, prendemos un cerillo y automáticamente lo vamos a iluminar.

En el caso opuesto, si el cuarto está muy iluminado y le agregas una porción de oscuridad este seguirá tan iluminada como cuando comenzaste.

“La luz ilumina la oscuridad, la oscuridad jamás oscurece a la luz.”

Regresando al tema, si naturalmente o por ética propia no somos unos “patanes”, en primera demos gracias a quienes nos inculcaron una educación para no serlo y en segunda nunca actúes de forma estúpida para aparentar serlo.

Pero ojo y no te confundas, ustedes tampoco señoritas. Jamás en la puta vida confundamos ser buenas personas con ser pendejos, sometidos, entregados, volubles y sin decisión propia.

Una vez un conocido me dijo (Jajajaja no digo el nombre para no quemarlo):

“¡No mames wey! Mi novia se fue de viaje de prácticas con un grupo de amigos de la uni y en ese grupo de amigos iba el ex novio, pero como yo la amo no la hice de pedo y acepté”.

Este es el claro ejemplo de que el tipo pensó que es “Bueno” con su novia, que con eso aparentemente le demostró que la súper ama, cuando en realidad fue un súper ultra mega pendejo. Y obvio la novia lo sabe, así como los amigos de la novia y el ex novio, es por eso que a la novia no le gustan los hombres pendejos y menos súper ultra pendejos.

Y no entramos en detalles en el tema de los súper ultra mega pendejos y además cornudos, que es en lo que en un futuro no muy lejano este tipo se convertirá.  

Por eso es muy importante saber realizar dos distinciones:
La primera entre un bueno y un pendejo, y la segunda entre ser un “Patán” y ser una persona que se “Valora y se respeta a si mismo”.

Lo último mencionado también tiene mucha confusión, en el mayor número de casos pensamos que el hecho de no dejarnos pisotear o no dejar que nadie nos pase por encima, no dejarnos pendejear, es ser un completo Patán. Y no, para nada, eso es quererse a sí mismo, valorarse, respetarse y sobre todo tener una absoluta y buena personalidad propia y créeme que a las mujeres les atrae más un tipo así, que un tipo al que ella lo ven como un pendejo.

El pedo de este asunto, es que en muchos de los casos las mujeres son las que nos impulsan o nos obligan a ser unos hijos de la chingada.

Nos hacen escenas de celos, nos pelean por cualquier cosa, nos culpan de errores, nos hacen pedir perdón por cosas que no realizamos, nos tratan mal porque no les mandamos 100 mensajes por día, porque vamos en la calle y vemos un poster de Emma Watson o hasta porque tenemos un hobbie el cual muchas de las veces nos ocupa una hora a la semana.

Y cuando pasan todas estas mamadas los único que les respondemos es: “Si mi amor, ya perdóname no me di cuenta de lo que hacía, ya hay que estar bien…” creyendo que con esa simple y puta frase vamos a estar mejor con ellas, que con eso las vamos a tener contentas, mucho más enamoradas de nosotros y que con eso ya no nos van a estar jodiendo la vida.

Y cuando de todos modos nada de eso termina funcionando y nos dejan por otro, decimos: “¡Chingada madre! Debí  comportarme como un patán con ella”.

Y no, déjame decirte que no es así, simplemente debimos ser menos pendejos, que no es lo mismo.


LES MANDO UN ABRAZO

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